En la sentencia condenatoria al Colegio Suizo por la agresión que en 2006 sufrió un menor y que fue grabada con un móvil por otro, La Audienca de Madrid destaca que nadie, ni la profesora que entró en la clase tras la grabación del maltrato al chaval, ni la tutora ni el director, enterados de ello, quitaron la videocámara al muchacho que grabó los abusos, con el riesgo de que esas imágenes contribuyeran a la humillación del niño de haber sido difundidas. Por ello, condena al centro a indemnizar a la familia con 30.000 euros.
El vídeo, prueba clave
El chaval llamó a su padre y éste acudió de inmediato y se hizo con la grabación, otra prueba fundamental, según la sentencia. "El sólo hecho de que los niños fueran a clase con una cámara denota una estrategia que deja poco margen a la espontaneidad de un mero y aislado enfrentamiento infantil".
La Audiencia de Madrid rechaza así el fallo del Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas, que no observó responsabilidad en la actuación del colegio. No se entiende, dice el texto actual, que no se hayan tenido en cuenta pruebas tan concluyentes, como el vídeo, la declaración de los padres y el informe del Defensor del Menor, que concluyó que el niño sufría acoso.
Y es "ilógico", añade, que se amenazara al padre con la expulsión por haber arrebatado la grabación y que llevara el caso a los medios de comunicación, cuando el colegio no hizo nada por frenar esa cinta que pudo ser más humillante para el niño. Los padres acudieron a los medios con el visto bueno de los psicólogos. Nadie ha hecho declaraciones por parte del centro, que hoy ha abierto sus puertas.
Fuente: argijokin.blogcindario.com
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